Silvestre y La Naranja, a tono con la historia: “Para cualquier músico tocar en Obras es un hito”
El grupo Silvestre y La Naranja tocó en Córdoba por primera vez a mediados de 2016 en una de esas frías trasnoches en las que la zona del ex-Abasto se asemeja a un pueblo fantasma. Este viernes, a casi siete años de aquel debut que no muchos recuerdan (y con Goyo Degano de Bandalos Chinos como asistente de escenario), el hoy cuarteto llegará a uno de los escenarios más importantes de la ciudad: la Plaza de la Música.
Cuando la banda formada actualmente por Justo Fernández Madero, Fernando Laprida, Francisco Nicholson y Lucas Grasso se presente en el flamante festival Satélite, Silvestre y La Naranja cumplirá un sueño más en una lista que ya tiene más tachones que cuentas pendientes. La banda regresará a territorio cordobés luego de una reconocida actuación en Cosquín Rock y en un momento casi idílico: con su quinto álbum recién salido del horno.
“Para nosotros es increíble”, confirma del otro lado del teléfono Nicholson, uno de los fundadores del proyecto que, según él mismo relata, vive su mejor momento desde que se reestructuró definitivamente en 2017.
Sueño en vivo y en directo
“Este disco es muy especial para nosotros, muy nuevo y muy único”, cuenta el guitarrista respecto a Sueño cítrico, que fue grabado en Chile luego del debut del grupo en el Lollapalooza trasandino. “Hace tiempo que veníamos con la fantasía de irnos en un plan de retiro, de escapada, en modo intensivo, un poco más a la vieja usanza, sin distracciones”, ilustra.
“El hecho de estar ahí medio recluidos del mundo y con la energía puesta al 100% en el proceso de las canciones, con tiempo limitado y demás, fue muy especial”, resume.
“Creo que eso se impregnó en la producción, en muchas decisiones que se tomaron ahí. Es una foto de ese momento”, dice el guitarrista sobre un álbum que sumó por primera vez a un productor externo, Mateo Rodo. “Nos representa de una manera muy única y al 100% como grupo humano”, agrega Nicholson sobre las ocho canciones resultantes.
“Podría haberse llamado Silvestre y La Naranja, tiene aires de primer disco. También es el disco más en formato ‘banda’ y democrático que hicimos”, sintetiza el violero. “Si uno quería proponer una idea, estaba todo conectado. Todos tenían voz y voto en las decisiones, en la producción, en las estructuras, en las melodías, en las letras”, ejemplifica al toque.
Obras, en consonanacia con la serie de Fito Páez
Más allá de su presentación en el festival Satélite, el calendario de Silvestre y La Naranja tiene una fecha marcada a fuego. La banda presentará su trabajo más personal a la fecha el próximo 15 de septiembre en el estadio Obras. Por historia y por presente, sin dudas no será un show más para el cuarteto.
“Es muy emocionante. Es una locura, no lo podemos creer”, adelanta Nicholson, quien rápidamente enlaza este clímax en la historia de Silvestre y La Naranja con el reciente suceso de la serie El amor después del amor en Netflix.
“Fue una conexión medio al azar. En el primer capítulo retrata muy bien la emoción de lo que es llegar a tocar en Obras, un lugar tan icónico de la Capital, donde pasaron nuestros ídolos de la música desde que somos niños”, advierte.
“La serie pasa mucho por esto de lo que significa tocar en Obras. Para cualquier músico argentino realmente es como una especie de hito en su vida”, completa.
“Es una apuesta y estamos felices de poder encararla”, reflexiona el músico. Además, piensa en voz alta cómo el caso particular de su banda se vincula con un momento de expansión para la música argentina en sentido amplio.
“Todos los géneros están llenando lugares cada vez más grandes. Todo está más hermanado, se cruza todo. Me parece una época muy especial la que estamos viviendo a nivel musical”, acota Nicholson, que con su banda visitó por primera vez México en marzo (con el festival Vive Latino como principal excusa) y hará lo propio con Colombia y Perú durante lo que queda de 2023.
En tu cara, pandemia
“Creo que la pandemia fue un motor o un acelerador de muchas cosas”, comenta el música a la hora de bucear en las raíces del presente de pleno crecimiento que vive la banda.
En marzo de 2020, Silvestre se preparaba para un doblete de shows que sellaría el inicio de una auspiciosa nueva etapa. Luego de una reconfiguración interna tras su segundo disco (Laguna, 2016), acababan de consolidar su nueva formación y lanzaron Anim4les a finales de 2019. “Algo se despertó ahí”, dice Nicholson sobre un álbum que trajo nuevo público y sentó las bases de lo que vendría. Por eso, cuando todo se frenó de repente, el grupo no dudó y apostó a seguir haciendo.
Con el diario del lunes, y dos discos más gestados en contexto pandémico (además de Sueño cítrico, su antecesor de 2021: Supersticiones), puede decirse que la apuesta salió más que bien. Y que durante el encierro, Silvestre y La Naranja apuntaló su crecimiento paso por paso hasta consolidar una base de fans que no deja de multiplicarse por Latinoamérica.
De la mano de su penetración creciente en playlists de plataformas digitales, y de la circulación que han tenido sus canciones en los últimos tres años, la banda hoy supera el millón de oyentes mensuales en Spotify.
Ese dato numérico se complementa con otro más cualitativo: actualmente, el cuarteto es sinónimo de canción pop refinada con toques de R&B y soul. Comparte ese sitial con contemporáneos como Bandalos Chinos, El Zar, Isla de Caras o 1915, todos nombres que protagonizan un recambio generacional en materia de referentes de la canción nacional.
—¿Se sienten parte de un nuevo sonido del pop argentino y específicamente de Buenos Aires?
—Es un orgullo ser parte de ese grupo de artistas. Miramos para el costado y somos fans absolutos. Aparte tenemos la suerte de que sean nuestros amigos, además de ídolos. Hay un grupo de bandas que están llegando a lugares que siempre fueron soñados y lejanos. Ver cómo pasan las cosas es hermoso. En el Vive Latino tuvimos la suerte de compartir la experiencia con los Bandalos. Para nosotros, que sea nuestra primera fecha en México, en un festival tan grande y tan masivo, fue simbólicamente muy lindo compartirlo con ellos. Fue reencontrarnos allá después de tantos años de trabajo acá, de haber salido del mismo bar de San Isidro. Uno lo piensa un minuto es una locura. Es muy lindo ver el cariño que hay hoy por la música argentina en todos los géneros.
Para ir
Silvestre y La Naranja se presenta este viernes 26 de mayo en Plaza de la Música (av. Costanera y Mendoza). Será en el marco del festival Satélite, que abrirá sus puertas a las 14, y junto a Él Mató a un Policía Motorizado, Bandalos Chinos, Daniela Spalla, Feli Colina, Natalie Pérez, Zenón Pereyra y Bads. Entradas desde $ 6.000 más 15% de cargo por servicio a través de Edén.
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