Estaba por quebrar pero logró duplicar la producción, crecer en locales y exportará su modelo a Uruguay
Hace menos de 10 años, Luz Azul era una lechería que empleaba a 15 personas, procesaba 14.000 litros diarios de leche y su cierre era inminente. En 2012, fue Gabriela Benac, su actual dueña, quien se hizo cargo de la empresa mediante un alquiler con opción a compra de la compañía que, en ese entonces, estaba manejada por la Cooperativa Eléctrica de la Ciudad de Azul.
En la actualidad, la Pyme bonaerense procesa más de 30 millones de litros de leche por año y cuenta con más de 500 colaboradores. Además, alcanzó una facturación de $ 500 millones en 2022 y la proyección para este año es abrir 10 nuevas franquicias, exportar su modelo de negocios y algunos de sus productos a la región, y lograr un crecimiento de entre el 10 y el 15%.
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La principal razón de este crecimiento fue una apuesta a la que la emprendedora Benac llama «directo de fábrica». Y es que, si bien muchas pymes sueñan con lograr que sus productos se exhiban en los supermercados, el caso de Luz Azul fue un tanto diferente: optaron por el crecimiento de la empresa mediante franquicias, capacitación y una fuerte apuesta en la imagen y comunicación de la marca, además de garantizar calidad y precios económicos en la mayoría de sus productos.
«Somos la única franquicia del rubro que se origina desde una fábrica y no de un distribuidor. Eso implica eliminar intermediarios en la mayor parte del mix de productos a comercializar, y así podemos mejorar los márgenes y ofrecer mejores condiciones de competitividad», explicó Benac.
A su vez, sostuvo que «el modelo de franquicias contribuye al crecimiento rápido y no requiere inversión ni tampoco armar una estructura demasiado grande en ventas». Sin embargo, reconoció que es necesario e indispensable tener una estructura detrás, que incluya las tareas administrativas, el soporte de marketing y la logística.
Actualmente, Luz Azul cuenta con 68 locales, de los cuales ocho son propios y el resto son franquicias, que están distribuidos por distintas localidades de todo el país: CABA, Provincia de Buenos Aires, La Rioja, San Luis, San Juan, Rio Negro, Chubut, La Pampa, Chaco, Mendoza, Neuquén, Tucumán y su reciente apertura en la provincia de Córdoba.
«Esta es una manera de darle la oportunidad a muchos que ven en esto una posibilidad. No son grandes inversionistas los que ponen la franquicia; al contrario, son pequeños inversionistas que buscan salida de trabajo propio. Les enseñamos a gestionarlo y les vendemos absolutamente todo», sostuvo Benac.
De hecho, la inversión inicial para tener una franquicia de Luz Azul ronda los u$s 45.000 y u$s 50.000, a lo que hay que añadir el stock inicial, que son entre u$s 15.000 y u$s 20.000. Estas cifras se calculan a dólar oficial.
De esta forma, el capital total ronda entre los u$s70.000 y u$s80.000, que según indican desde la compañía»se recupera en 18 meses».
Un modelo que quiere cruzar fronteras
«Nuestro objetivo es traspasar la frontera, ya sea con el modelo de negocios, o con nuestros productos», reveló Benac. A su vez, expuso que el principal propósito de la pyme es habilitar su fábrica ubicada en la ciudad de Azul para lograr exportar a países de la región como Uruguay, Paraguay y Chile.
«Nuestra idea sería replicar un desarrollo de la misma magnitud que la que tenemos en Argentina pero en Uruguay. De hecho, ya hablamos con una fábrica del país vecino que está muy interesada en nuestra forma de comercializar», expuso.
La intención es también exportar el modelo, «principalmente la comunicación, cómo llegar al cliente y cómo hacer las promociones. Al industrial eso le cuesta muchísimo porque se concentra mucho en lo productivo, invierte en fierros, en tecnología, pero a veces se olvida que la inversión más importante es en comunicación», dijo.
La importancia que le da la compañía a la comunicación es tal, que cuentan con una ‘escuela’ ubicada en el barrio porteño de Belgrano, donde la planta baja es un local de la marca, en el primer piso está el centro de capacitación para los franquiciados y en el segundo piso montaron un estudio de televisión en el que se puede producir contenido multimedia, editar fotografías y videos, entre otras cosas. Allí, trabajan unas 10 personas que están todo el tiempo dando soporte a los casi 70 locales y generando contenido para los distintos medios.
El sector lácteo, en problemas
«Hoy en un país con una inflación superior al 100%, todo se diluye. Creo que todas las empresas en la Argentina estamos sufriendo una pérdida enorme en la rentabilidad y no hay forma de que alguien pueda crecer o salir adelante produciendo en un contexto inflacionario como el que vivimos actualmente. La situación es complicadísima, la inflación nos destruye», declaró Benac.
A su vez, la dirigente explicó que la ausencia de préstamos y políticas que habiliten a las empresas a invertir en sus negocios, dificultan un tanto más la situación. «Ni siquiera accedemos a créditos con bajo interés porque eso resulta inviable con la inflación», expresó.
Pese al rápido incremento tanto en los precios, como en los costos, durante 2022, Luz Azul vendió 1 millón de kilos de queso cremoso y, en paralelo, obtuvo un incremento del 40% en las ventas del queso sardo estacionado y de un 50% del queso mozzarella. También lograron ampliar la producción de dulce de leche a 600 mil kilos por año.
La explicación a este incremento en las ventas es un fenómeno que Benac considera como una «oportunidad única para el mundo de las pymes». Según la directora, «los clientes aprendieron a comer diferente, porque saben que no tienen que estar pagando más para consumir un producto de calidad. La gente se dio cuenta y nos elige mucho más que antes, cuando era impensado que compraran un producto por fuera de las grandes marcas. Hoy eligen, productos de gran calidad a mejor precio».
Respecto a la coyuntura, Benac reconoció que los consumidores argentinos ya no pueden hacer grandes compras para ahorrar y no sufrir el aumento de precios. «Ya no les alcanza, por eso observamos que los clientes hacen compras de porciones más chicas. A los argentinos se les hace imposible llenar el changuito. Por eso, para poder ayudarlos nos adaptamos a esta nueva situación y hacemos un esfuerzo armando combos y descuentos importantes».
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