La Voz del Interior @lavozcomar: Una alternativa posible para disminuir la pobreza

Una alternativa posible para disminuir la pobreza

Según los últimos datos del Indec, en Córdoba el número de personas en condición de pobreza se ubicó en 37,9% del total de la población, es decir 640 mil cordobeses.

Por tal motivo, desde 2001 aumentan las organizaciones no gubernamentales (ONG). En efecto, según el Centro Nacional de Organizaciones de la Comunidad (Cenoc) hoy existen 25.969 ONG registradas y más de 100 mil en informalidad.

En Córdoba, hay más de 15 mil ONG registradas y hasta 60 mil sin registrar desde 2001. Esa cifra se incrementó desde la pandemia en 2020, en algunos casos por burocracia y en otros porque la realidad es avasalladora cuando se trata de necesidades básicas insatisfechas. Así, la luz de esperanza está en el compromiso de la sociedad civil por resolver aquello que los gobiernos no resuelven.

La pobreza extrema, como sostiene la Organización de Naciones Unidas (ONU), llega en América latina a más de 60 millones de personas, y debido a la pandemia se podría incrementar aún más. Por esa razón, son importantes los 17 Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS), aprobados en 2015 para la agenda 2030. De ellos, los dos primeros se enfocan en la cuestión que nos ocupa: el primero es “poner fin a la pobreza en todas sus formas” y el segundo es “poner fin al hambre”.

La convocatoria es amplia; se orienta a articular acciones conjuntas: gobiernos, organizaciones de la sociedad civil, universidades, empresas, iglesias, ciudadanos. Destaco, en este sentido, la labor del “cuerpo de voluntarios”, siempre a disposición de quienes necesitan una mano extendida, sin exigir nada a cambio. En estos momentos, se estima que hay en actividad unos 500 mil voluntarios.

Con estas personas tan valientes, la situación mejora un poco. Asimismo, con su labor no alcanza.

Una alternativa posible

Para revertir la realidad que nos apena, resulta imprescindible establecer metas de trabajo para un verdadero desarrollo social:

1) Planificar junto a las ONG las políticas públicas a implementar, principalmente en sectores más vulnerables.

2) Formar funcionarios como verdaderos servidores públicos, con sensibilidad, integridad, altruismo.

3) Fortalecer a organismos, a instituciones, a poderes y a la ciudadanía, para evaluar y seguir impactos y resultados de las políticas públicas.

4) Crear equipos con competencias y habilidades para diseñar políticas públicas.

5) Coordinar acciones con la ciudadanía, empoderándola.

6) Convocar ecuménicamente a las iglesias, para que lleven esperanzas a los más desprotegidos.

De concretarse estos puntos, la pobreza se reduciría notablemente; también las ONG sin registrar que surgieron ante el estado de necesidad. Además, se asistiría con mayor eficiencia a las 15 mil ONG registradas y a este cuerpo de voluntarios predispuesto y generoso. Y cumpliremos con nuestra obligación de no dejar a nadie en el camino, como expresa la parábola del buen samaritano.

En definitiva, se trata de hacer confluir en un espacio común las voluntades hoy dispersas, recuperar el sentido de comunidad y perseverar en la meta de erradicar la pobreza con la misma convicción con la que hace 40 años venimos defendiendo la democracia.

* Abogado; profesor universitario

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