Obras maestras: la fábrica alemana Fagus
Inevitablemente unido a la Escuela Bauhaus, de la que fue fundador, la figura de Walter Gropius está entre las más influyentes de la arquitectura moderna. Sobrino de Martin Gropius, uno de los arquitectos alemanes más clasicistas, Walter vivió otro momento.
Según el sitio viajealpatrimonio.com, antes de terminar sus estudios, en 1908 ingresó en el influyente estudio de Peter Behrens, donde coincidió con otras figuras del naciente Estilo Internacional.
Las ideas de Gropius eran más radicales que las de Behrens, así que en dos años se independizó junto a su compañero Adolf Meyer. Juntos demostraron a Behrens el poder del hormigón en su primer gran encargo: la fábrica Fagus.
Racionalismo
Para eso, invirtieron el diseño de la nave de turbinas, dando todo el espacio posible a las ventanas. Las paredes tenían una nueva función para la arquitectura industrial y Fagus, luego de una recopilación de los silos de torre estadounidenses, cambió la forma de concebir espacios de trabajo. Se unían así las ideas arquitectónicas iniciadas por el Estilo Internacional (o Racionalismo) con el socialismo latente que buscaba dar luz, literal y figuradamente, a los obreros en el interior.
La historia de la fábrica Fagus arranca en 1896, cuando el dueño de la fábrica de hormas de zapato de Alfeld, Carl Behrens, muere. Entonces se inicia una complicada relación entre su heredero y Carl Benscheidt, nombrado director general. En 1910, sus diferencias finalizaron cuando Benscheidt decidió fundar su propia fábrica justo en frente.
Encargó un primer diseño que no le convenció enteramente, pues Benscheidt tenía en mente que su fábrica, al lado de las vías, constituyera de por sí un reclamo. Así entraron en escena Gropius y Meyer, con la misión específica de rediseñar la fachada.
Objetivos
También dirigieron la obra con la premura de acabar a finales de 1911. Con el objetivo cumplido y Benscheidt satisfecho, fue el primer paso de una colaboración prolongada durante años sobre la base de ampliaciones y edificios auxiliares. Hacia 1915, la fábrica de Fagus había doblado su tamaño y Gropius había aprovechado para modernizar todo el conjunto con el funcionalismo como mantra. Se había convertido en un manifiesto material del movimiento moderno.
Tras la Primera Guerra Mundial, los encargos en Fagus coincidieron con la fundación de la Bauhaus, de modo que varios miembros trabajaron en interiores y decoración. Alemania atravesaba una crisis económica y Benscheidt entró en dificultades financieras que evitaron más ampliaciones desde 1927.
Así acabó una de las relaciones laborales más influyentes en la arquitectura moderna, que unió los ideales sociales e industriales para humanizar las fábricas. Fagus siguió en marcha, no obstante, y tras salir indemne de la Segunda Guerra Mundial entró en una fase de estabilidad prolongada hasta los años 70, cuando la introducción del plástico forzó a cambios en los usos de varias secciones. Nombrada monumento histórico, estas modificaciones y otras menores han respetado el diseño de Gropius. Hoy, la fábrica no sólo sigue activa, sino que ha ampliado la oferta de productos y se han añadido áreas para las visitas, conferencias, reuniones de empresa y otras actividades.
Detalles de diseño
Las dos características disruptivas de Fagus son la extrema apuesta por las formas cuadradas y el protagonismo de las ventanas. Lo segundo fue auténticamente revolucionario, pues rompía la rígida separación entre interior y exterior utilizando grandes ventanales que, si soportan carga alguna, lo hacen con marcos de acero que pasan desapercibidos.
Con el objetivo de transmitir ligereza e imprimir ritmo, Gropius alternó cuidadosamente los elementos horizontales y verticales, además de combinar ladrillos amarillentos y negros con los ventanales.
Funcionalmente, la fábrica tiene toda una parte dedicada a la preparación de las hormas, que originalmente se realizaba con una madera de haya que dio nombre a la fábrica. Se conecta a la gran sala del taller, cuadrada y de una sola planta.
Está rodeada por dos lados por el edificio principal en forma de L, cuyas tres plantas son la imagen más reconocible de la estética de Fagus. Exteriormente destacan las cristaleras y la puerta coronada por un reloj, mientras que sus funcionales interiores fueron diseñados hasta el mínimo detalle por Gropius y su equipo, interruptores de luz incluidos.
La fábrica Fagus se encuentra en la localidad de Alfeld, en el centro de Alemania. Allí, las vías del ferrocarril separan el centro histórico de la parte industrial, donde se encuentra Fagus.
La fábrica está totalmente preparada para el turismo y ofrece visitas libres, visitas guiadas centradas en la historia o sus aspectos arquitectónicos y visitas video guiadas por el exterior. Cuenta también con cafetería, tienda, centro de exposiciones y un centro dedicado al patrimonio mundial en la lista Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura).
https://www.lavoz.com.ar/tendencias/obras-maestras-la-fabrica-alemana-fagus/
Compartilo en Twitter
Compartilo en WhatsApp
Leer en https://www.lavoz.com.ar/tendencias/obras-maestras-la-fabrica-alemana-fagus/