Un ministro de lujo
Sin lugar a dudas, fue el mejor ministro de economía de todos los tiempos, a pesar de no haber estudiado en prestigiosas universidades como Harvard o Cambridge. Se trata del profeta José, hijo de Jacobo (Israel). “Y cuando hubo alcanzado la madurez, le dimos (a José) sabiduría y conocimiento”, Corán (12-22).
Su proyecto de reforma salvó a los pueblos de esa época de perecer, en medio de una crisis económica que comenzó en Egipto y abarcó también a países limítrofes como Siria, Palestina y otros. Sólo puede entenderse en el contexto de hablar de los aspectos cubiertos por esta reforma, con el fin de remarcar las estaciones más importantes por las que pasó, comenzando con la idea, la planificación y luego la implementación. Abordó muchos campos, incluidos el moral y el político, como forma de preservar una conducta sana y confiable.
Es difícil comprender en pocas palabras la magnitud de lo hecho por José, porque se trató de actos de suma importancia que fueron decisivos a la hora de prestar sabiduría y la inteligencia a favor de la humanidad, y no perseguir intereses individuales y mezquinos. Un gran reformador de su tiempo.
Fue una severa prueba económica que el rey le asignó a José, que a la postre resultó muy exitosa al saber manejar los recursos que poseía Egipto en los siete años de abundancia que le permitieron afrontar los siguientes siete años de sequía, y liderar una posición a la luz de la inevitable crisis que se avecinaba. Es una carga que muchos hombres inteligentes, sabios y pacientes evaden.
José basó su plan en tres ejes fundamentales. Firmó un convenio con los hombres del campo de Egipto, redujo los gastos innecesarios y aplicó una política de transparencia sin igual. El convenio con los hombres del campo fue un pilar fundamental, muy sencillo pero efectivo a la hora de salvar a la economía en su momento más difícil, pero eso merece un capítulo aparte.
José ha avanzado en un campo en el cual muchos economistas de hoy no pueden resolver y logró afrontar una etapa que parecía complicada y adversa, sorteando problemas y dando soluciones.
Una política económica racional, que se sumó a la importancia del elemento humano, representada en la selección de asistentes capaces, se reflejó positivamente en un plan ejecutado con mucha eficacia, lo cual convirtió a José en el primer economista conocido por la humanidad.
* Imam, miembro del Comipaz
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