Más que cámaras para controlar infracciones viales
Desde el viernes 1° de abril, las cámaras de la Policía instaladas en la ciudad de Córdoba han empezado detectar las infracciones viales de los conductores, en un intento por ordenar el cada vez más caótico comportamiento vehicular de los cordobeses
Córdoba es una ciudad complicada desde el punto de vista de la seguridad vial. Se conducen vehículos públicos y privados con una desaprensión que no pocas veces alcanza el grado de salvajismo: no se respetan carriles ni líneas amarillas, prioridades en rotondas, sendas peatonales, prohibiciones de giro a la izquierda o de estacionamiento, o el amarillo preventivo de los semáforos.
Y basta situarse frente a la entrada de una escuela cualquiera a la hora del ingreso o de la salida para ver un verdadero festival de indiferencia e impunidad. La educación vial no es lo nuestro, queda claro.
Que se deben extremar los recursos para ordenar el caos presente nadie puede ponerlo en duda. Pero cabe plantear alguna reserva ante la medida –dejando de lado la genuina sospecha de que esta nueva modalidad de detección de infracciones tenga un mero fin recaudatorio–, y es que se utilizarán las cámaras de uso policial instaladas a efectos de detectar casos de inseguridad, no diseñadas de manera específica para controlar infracciones de tránsito. Además, serán policías quienes primero seleccionen las imágenes de las supuestas faltas –para que sean luego verificadas por personal municipal del centro de monitoreo–, cumpliendo una tarea en la que no son idóneos.
Con una acotación necesaria: las cámaras que fueron instaladas para la mejora de la seguridad ciudadana parecen no haber cumplido su cometido y ahora sumarán una nueva tarea en la que nadie asegura mejores resultados. Es, cuanto menos, discutible.
Pero tanto la Municipalidad como los ciudadanos, en su rol de conductores de vehículos, están en falta en este asunto. Estos últimos, porque incumplen; y el municipio, por no hacer cumplir. Urge el reordenamiento de una ciudad casi inmanejable, lo que incluye el control del transporte público y el retiro de las calles de vehículos y de conductores en pésimas condiciones, sin carnés ni seguros, tanto como regular la red semafórica y mejorar la iluminación. Y recuperar el control de la vía pública con una presencia de inspectores municipales que hoy no se verifica, aparte de la necesaria educación vial.
Hay, con todo, un aspecto que no puede ignorarse: Córdoba es hoy una ciudad tomada por cortes y piquetes, en la que se ha perdido la libertad de circulación y en la que algunos alteran la vida ajena sin pagar costo alguno.
En ese marco de conflicto cotidiano, con puentes y avenidas cortadas, es casi absurdo exigirles a los automovilistas que respeten regla alguna. En tal caso, quienes incumplen son aquellos que deben hacer cumplir las leyes.
https://www.lavoz.com.ar/opinion/editorial/mas-que-camaras-para-controlar-infracciones-viales/
Compartilo en Twitter
Compartilo en WhatsApp
Leer en https://www.lavoz.com.ar/opinion/editorial/mas-que-camaras-para-controlar-infracciones-viales/