La Voz del Interior @lavozcomar: Qué le pasa al equipo: el Talleres al que todavía le cuesta competir

Qué le pasa al equipo: el Talleres al que todavía le cuesta competir

Pedro Caixinha deberá trabajar mucho para modelar a un equipo al que, por su irregularidad, todavía le cuesta competir. La prédica del nuevo entrenador pareció haber sido asimilada en la primera mitad del partido ante Gimnasia y Esgrima de La Plata, tanto como fue olvidada después.

Ese “después” ocurrió cuando Gimnasia hizo lo mismo que habían hecho los albiazules un rato antes, cuando salieron decididos como nunca en esta temporada, mostrando por lapsos una buena circulación de la pelota, ofreciendo, además, la figura de Matías Esquivel, chiquito e incansable en la doble tarea de correr rivales y generar juego para abastecer a sus compañeros.

Ese espacio de buen fútbol y sacrificio colectivo remitió al Talleres de Alexander Medina, aunque inestable en algunos tramos, pero resuelto a dar pelea para llevarse los tres puntos o rescatar uno, al menos.

Esa imagen se gestó por la buena performance de la dupla Rafa Pérez-Enzo Díaz, por las respuestas de Guido Herrera en el arco, por el sacrificio y el buen flujo de fútbol en Rodrigo Villagra y Juan Méndez, por la ya citada buena performance de Esquivel y por las ganas, pero sin efectividad en el arco, de Federico Girotti.

Párrafo aparte para Héctor Fértoli, el “10″ que necesita el equipo pero que luce irregular y lento, intercalando ráfagas que se expresan en algunas buenas habilitaciones con otros momentos en los que su presencia pasa desapercibida.

En ese escenario, Talleres parecía respirar aire puro, renovado; daba la impresión de haber interpretado en un par de días el discurso de su flamante conductor, lo que lo habilitaba a continuar la incipiente racha generada cuando el equipo fue conducido por Javier Gandolfi.

Pero esa ilusión se disolvió en un instante. Volvió a aparecer el equipo tibio, atribulado, sin líderes ni personalidad para hacer frente a la prepotencia de un rival limitado, pero convencido que en su casa Talleres no se podía llevar nada de lo que estaba en juego.

Así, a los empujones, y también por el ingreso de Benjamín Chávez, la capacidad goleadora de Cristian Tarragona y el buen rendimiento y las ganas de ganar de Braian Alemán, un jugador que a través de su cara parecía decir que no quería empatar ni mucho quedarse con un empate.

Con dos meses de competencia, y a días de debutar en la Copa Libertadores de América, Talleres ha demostrado, sobre todo en este último tiempo, que sigue respondiendo a través de la base del equipo del año pasado, al que sólo se ha ido integrando con eficiencia Esquivel, y que cuenta con Girotti y sus ganas de mejorar la fortaleza del equipo.

En este periodo de dos meses de competencias simultáneas, se han hecho desear las presencias de Diego Valoyes y de Michael Santos, de intervenciones intermitentes, sobre todo las de éste último. El colombiano, por varios cuerpos, es el jugador más desequilibrante del equipo y se presencia se torna casi imprescindible; Santos, en una buena tarde o noche, puede ser un hombre de temer. Ya lo ha demostrado.

Sin llegar al dramatismo ni mucho menos, el panorama en barrio Jardín es preocupante. La renovación del plantel todavía no lo acerca a su anterior versión y aún se espera mucho más de algunos futbolistas.

De seguir la situación así, Pedro Caixinha deberá recurrir en su laboratorio a alguna pócima especial para que cambie una realidad que ofrece debilidad, irregularidad y, un futuro lleno de interrogantes.

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