La Voz del Interior @lavozcomar: Walter Sidotti, de Los Redondos al homenaje de Tarea Fina: “Ojalá hubiéramos seguido”

Walter Sidotti, de Los Redondos al homenaje de Tarea Fina: “Ojalá hubiéramos seguido”

Entre 1987 y 2001, coincidiendo con la etapa de crecimiento y canonización de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota como gran símbolo popular del rock argentino, Walter Sidotti ocupó uno de los lugares más codiciados y respetados de la música nacional.

A 20 años de la última función de esa inolvidable orquesta, el baterista sigue tocando esas canciones que inmortalizó en primera persona. Lo hace junto a Tarea Fina, banda tributo que el propio Sidotti despega de ese mote de entrada, porque entiende que se trata de la continuación de lo proyectado por Los Redondos más allá de su música.

“Lo de tributo no me gusta, me suena raro. Esto es una banda homenaje de última”, explica sin mayores rodeos. “Para mí es genial tocar estos temas. Y con estos chicos que lo hacen con respeto y con cariño”, define, con dos palabras que remarcará cada vez que hable del proyecto que le devolvió la posibilidad de tocar algunos de los mayores clásicos del rock en español.

“Los quieren a los temas, están comprometidos”, sintetiza Sidotti sobre Tarea Fina y su búsqueda por abarcar con fidelidad las profundas aguas del repertorio ricotero. Ese mismo que tocarán este domingo en XL Abasto, como parte de una noche temática en la que también sonarán Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado y El Soldado será otro de los invitados ilustres.

El baterista de Los Redondos

Para el baterista que grabó buena parte de las canciones firmadas por la dupla SolariBeilinson, hay una suerte de respeto y homenaje constante en este encuentro con colegas que también son fans obsesivos de una obra que les cambió la vida.

“Los chicos me preguntan un montón de anécdotas”, confiesa el músico sobre este rol de invitado permanente que ha adquirido en Tarea Fina, unos de los proyectos de versiones ricoteras que más ha crecido desde que la banda dejó de tocar para sus millones de fans.

“A veces me acuerdo y voy contando algo en alguna gira. Estamos viajando mucho, estamos compartiendo mucho, o sea que tenemos que estar con gente que sea amena, sino es un plomazo”, explica Sidotti sobre cómo sobrelleva la fascinación que genera su trayectoria.

“A veces yo recuerdo algo. Ellos eran jóvenes, iban a ver los recitales y están entusiasmados a veces por algunas cosas. Son muy técnicos, siempre investigan. Siempre quieren saber cómo hacíamos alguna cosa u otra. Yo lo que me voy acordando les voy comentando, lo bueno es que tengan ese interés y esa onda”, asegura.

El baterista destaca el cariño recibido por el público ricotero:

Más allá de su propia épica personal, da la sensación de que el músico es feliz con el hecho de poder seguir tocando esas canciones y recreando esa mística que alguna vez vivió. Que no necesita mucho más.

“Me doy cuenta que ya tengo los temas metidos en el cerebro, los tengo superescuchados. Los temas van variando de un show a otro. Cuando los toco, están frescos después de tantos años. Los puedo tocar, no es tanto esfuerzo”, sentencia.

“Estamos haciendo lo que nos gusta, tocando”, reflexiona el baterista. “Y más que nada estos temas, que los traemos un poco otra vez a la vida y que aparezca otra vez la fiesta, que es lo principal en todo esto”.

Fiesta ricotera

En esa última afirmación, Sidotti da cuenta de otra certeza que atraviesa su relación con la música. Él, junto a sus compañeros, es ni más ni menos que un medio para que la celebración sea posible.

“La fiesta es abajo. Que se reúna la gente, los ricoteros, y que hagan su fiesta, su pogo, su comunión, su misa, como se dice por ahí. Nosotros estaremos disfrutando desde arriba, tocando estos temas que siempre nos gustaron, y que les gustan a todos también”, resume.

—¿Cómo te llevás con el hecho de ser uno de los guardianes de ese legado ricotero?

—Es una cosa rara lo que pasó con Los Redondos porque se hizo bastante grossa toda la historia, toda la movida, todo lo que pasó. Uno quiere seguir tocando, y estos temas también. Yo tengo mi banda, The Comando Pickless, que nunca paramos de trabajar o de hacer cosas. seguidoy uno lo disfruta. Más que nada es eso. Ojalá los hubiéramos tocado con Skaycito, con Indio, pero eso no se podrá dar. Así los puedo tocar de alguna manera y la gente lo disfruta, se arma la fiesta. Muchas veces estamos en lugares que me hacen recordar a las primeras épocas de Los Redondos. Por la intensidad de los shows, de la gente, el calor, el clima, todo lo que pasaba. Está bueno volver a esos tiempos también.

—Se cumplieron 20 años del último show de Los Redondos en Córdoba. ¿Cómo te impactó el aniversario y qué recordás especialmente de aquellos días?

—¿Cuándo fue? Ni me acordaba. ¡Ah, en agosto, claro! Bueno, no sabíamos que era el último show, sino lo hubiéramos vivido de otra manera (risas). Me acuerdo que en esos últimos años tocábamos dos o tres veces al año, o sea que cada vez que se tocaba yo disfrutaba de una manera bárbara. Trabajábamos mucho ensayando por la parte tecnológica que se iba sumando, más que en las primeras épocas. Cuando tocábamos estaba genial, encontrarse con el público y con todo lo que representa un show. Y también de Los Redondos, que tenía un condimento especial, toda la mística, la misa y todo eso. Pasaron 20 años, estamos viejitos. Parece mentira, ojalá hubiésemos seguido un poco más pero bueno, los chicos tomaron otros caminos.

—No sos una cara visible de la banda, pero sos una pieza fundamental de toda esa mística. ¿Cómo te trata la gente cuando te reconoce?

—Los Redondos hemos recibido un cariño de la gente que no sé a cuántas bandas en el planeta les ha pasado. Es una cosa más allá de la música. Yo estoy en otra posición, a veces me reconocen. Yo voy a tocar a muchos lugares, pubs, y estoy ahí con la gente. Hay muchas reacciones. Con respeto, otros más efusivos, otros que “no, no lo puedo creer”. Son variadas las emociones (risas). Lo que veo es que hay muchos chicos jóvenes que cuando nosotros tocábamos ni habían nacido y me asombra que escuchan a Los Redondos. Hay de todo, pero siempre con cariño, que eso es algo para un estudio sociológico. No se puede explicar.

Para ir

Tarea Fina se presenta en la Fiesta Ricotera y Fundamentalista XXL, con Walter Sidotti y El Soldado como invitados. Domingo 30 a las 21 en XL Abasto (Bv. Las Heras 124). Entradas a $ 880 en la web de la sala.

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