Lourdes González: Mi mamá era la Mujer Maravilla
“Es tan fácil describir a mi mamá: una mujer trabajadora, solidaria, siempre preocupándose por los demás, Mujer Maravilla le decíamos con mi hermana”, cuenta Lourdes González en el primer fin de año que no la encontrará levantando la copa junto a Silvana del Valle Contreras, asesinada en julio pasado.
“Trabajadora nivel mil”, refuerza la joven, y cuenta que “Silvi” era una persona emprendedora y capaz, que vivía buscando maneras de generar ingresos para que nunca les falte nada ni a ella ni a Abi.
“Sabía hacer de todo, era la mejor costurera, a cada persona a la que le brindaba su servicio quedaba contenta de lo hermoso que trabajaba”, recuerda, y asegura que también era “la mejor cocinera”. “Todo el mundo le pedía que cocine algo”, cuenta. En el último tiempo había abierto una casa de venta de sándwiches para ganarse la vida.
“Mi mamá era la Mujer Maravilla, luchando día a día sin hacerle nunca mal a nadie, y eso es lo que nos inculcó a nosotras: no hacer nada que no nos gustaría que nos hagan”, relata Lourdes a poco más de cinco meses de haber perdido a su mamá en manos de su padre en julio pasado.
Y cierra con una certeza y un deseo: “Nos dio todas las herramientas para que sigamos sin ella, pero igualmente yo espero que de alguna forma nos siga guiando, que sea feliz y que sea libre”.
Amigas de toda la vida
Mónica Domínguez coincide en todo: la define como un ser muy especial, una persona luchadora, excelente modista, muy laburadora y servicial. “Nos partió la vida lo que pasó”, asegura, conmovida, la mujer que conoció a Silvana hace más de 25 años.
“Yo soy profesora de danzas, de folclore, y ella fue mi alumna. Ella incluso conoció a quien fue su marido con la danza, él también era bailarín, y se casó muy jovencita”, rememora la mujer, que forjó una amistad para toda la vida.
Rosario, hija de Mónica, interviene y suma su definición: “Era una persona muy graciosa también, se la pasaba haciendo chistes, era muy divertida, tenía un gran sentido del humor”.
Y cuentan que Silvana, que trabajaba como modista, se había anotado en la carrera de diseño de indumentaria: “Quería seguir estudiando”.
“Yo estaba por estudiar en la facultad profesorado de danzas, y con la virtualidad necesitaba una compu, y fue ella quien me la prestó. Era muy generosa, transparente, de carácter fuerte… una madraza para sus hijas”, cierra Rosario.
El caso
Silvana del Valle Contreras (47) fue asesinada por Guillermo González –padre de sus hijas–, de quien había logrado separarse un año antes tras una historia de violencia de género que incluyó denuncias. Él se había quedado viviendo en la casa familiar de barrio Almirante Brown, en la ciudad de Córdoba.
El 18 de julio de 2021 Silvana fue hasta el lugar para llevarle comida, dado que González había sufrido una lesión en una pierna y tenía dificultades para movilizarse. Terminó asesinada en el interior de la vivienda, la misma en la que él se quitó la vida minutos después.
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