La Voz del Interior @lavozcomar: Si de soltar se trata, ¡soltemos la panza!

Si de soltar se trata, ¡soltemos la panza!

“Hermana, soltá la panza” es la campaña que emprendieron las administradoras de la cuenta de Instagram “Mujeres que no fueron tapa”, que tuvo una enorme repercusión por la gran cantidad de experiencias que comenzaron a compartir las seguidoras.

La campaña busca desnaturalizar una práctica muy común en la sociedad: la de entrar la panza, ya sea en una foto o en una situación en la que la ropa que usamos deja en evidencia ese rollito, ese abdomen abultado o esa pequeña flacidez (así sea en un cuerpo superdelgado) que no encaja con el estricto estereotipo de belleza que aún hoy pesa sobre nuestros cuerpos. La invitación es a soltar la panza y también a soltar ese ideal de belleza.

Desde fines de octubre, la cuenta comparte historias y experiencias en una temática que salió justo cuando muchas empiezan a ponerse los primeros trajes de baño del verano. Una lectora contó que hace tres años que no se mete a la pileta, al río o al mar por vergüenza de su cuerpo. Dice que la campaña la animó a mostrarse como es, sin culpa.

“¡No me puse una faja abajo del monito! ¡Fue tan cómodo! Soy también la que comentó que no se sacaba fotos de cuerpo entero con su hija. Hoy me saqué”, dice otra lectora que muestra la foto junto a su hija.

Lala Pasquinelli, artista, abogada y responsable del proyecto Mujeres que no fueron tapa. (Gentileza Clarín)

Aunque todos sepamos a esta altura que los cánones de belleza que la sociedad impone a mujeres y a personas feminizadas son casi imposible para ellas, los relatos traen la dimensión del enorme alcance que esto tiene.

Y no hablamos de adolescentes, más susceptibles a estos mensajes, sino de cientos de comentarios de mujeres de distintas edades que dejan de hacer actividades que les gustan por el simple hecho de sentir vergüenza por su cuerpo.

“Hermana, soltá la panza es mucho más que soltar la panza, es soltar la vergüenza que nos siembran con millones de imágenes que no se nos parecen. Es empezar a salir del odio aprendido hacia nuestros cuerpos, de la vergüenza de no encajar en un modelo creado para que no encajemos”, dicen desde la cuenta.

Algunas usaron el humor para romper el mandato de la panza chata: “Por las que dicen que las gordas no pueden usar malla de dos piezas. Yo uso dos piezas, cocina y baño. Dos gordas divinas en Mardel”, pone otra usuaria, junto con una fotos suya y de una amiga en la playa.

Lejos de quedarse en la mera exposición, las administradoras de la cuenta realizaron conversatorios sobre el tema y compartieron las “herramientas para soltar la panza”, que hablan de hacer actividades corporales que se disfruten, más allá del objetivo de adelgazar, de poner límites a los comentarios de otras personas sobre nuestros cuerpos, entre otros. Un ejemplo claro de incidencia positiva de cambio.

El mensaje estalló en el seno de una red social donde predomina la selfie, el narcisismo y el Photoshop para vernos perfectas. El calor ya nos agobia y las culpas también, ahora sólo queda mirarnos con cariño, tomar esa bikini, ese vestido, esa prenda que nos gusta, y disfrutar cómodas del verano.

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