Por primera vez, Juntos por el Cambio disputa una Paso real y de consecuencias impredecibles
Hay una incógnita válida respecto de cómo saldrán del lodazal en el que acabaron los socios cordobeses de Juntos por el Cambio. La campaña sucia de las últimas horas a través de una promocionada página de Facebook que difundió una fake news sobre Mario Negri, lo que derivó en la intervención de la Justicia Federal, hace difícil pensar que los abrazos de reconciliación prometidos se concreten, al menos con una sinceridad tal que no haga peligrar el resultado de noviembre.
El desorden es de tal magnitud que en el cuarto oscuro habrá cuatro listas de Juntos por el Cambio: las que competirán a todo o nada por el liderazgo de la oposición, lideradas por Luis Juez y Negri, respectivamente; y las que buscan colarse en la discusión que viene, encabezadas por Javier Bee Sellares, exsocio de Rodrigo de Loredo, y Dante Rossi.
Pasaron 50 días desde que los dos principales partidos de la coalición implosionaron: De Loredo terminó como primer precandidato a diputado en la lista que encabeza Juez; y Santos en idéntica posición en la boleta que lleva como principal candidato a Negri. Hasta horas antes, la de Juez y Santos parecía una dupla indestructible. El PRO siguió a los radicales: la onda expansiva amarilla llegó a Buenos Aires, y Patricia Bullrich decidió jugar su proyección de líder nacional al triunfo de Juez; mientras que Mauricio Macri apostó su capital político al de Negri y Santos.
“Yo no me muevo de la foto; yo no anduve nunca con el kirchnerismo”, fue el caballito de batalla de Negri durante la campaña, un tiro por elevación a Juez, exaliado de la trasversalidad en los inicios del Frente para la Victoria. “Somos la versión más fuerte de Cambiemos; no somos una foto porque no estamos siempre en la cómoda”, fue el retruque de Juez, quien en su última acción de campaña compartió un live con el youtuber libertario El Presto, quien se referencia en Bullrcih.
A nivel institucional, la crisis en el PRO es –aunque parezca mentira– más profunda que en el radicalismo: mientras el presidente local, Javier Pretto, se muestra públicamente equidistante; la vicepresidenta primera, Soher El Sukaria, secunda al jefe del interbloque en la boleta, como precandidata a senadora; pero el otro vicepresidente, Oscar Agost Carreño, integra la lista Juez, como precandidato a diputado. La senadora Laura Rodríguez Machado y el diputado Héctor Baldassi buscan bancas en Diputados, en la boleta encabezada por De Loredo. Henry Leis, secretario General del partido, con Negri; Angelo Cornaglia, presidente de la Juventud del PRO, con Juez.
En una carta enviada a Bullrich, El Sukaria y varias autoridades más, le reclamaron por no haberse mantenido al margen y apoyado decididamente la lista de Juez. La propia Bullrich reconoció en una entrevista con La Voz que para su estrategia de musculatura política, al PRO le conviene el triunfo de la lista que amadrina.
Bullrich también logró que Carmen Álvarez Rivero, quien se referencia en el liderazgo de su primo, Sebastián García Díaz, se sumara a la lista de Juez como segunda precandidata a senadora nacional.
En el radicalismo, las implicancias del resultado serán políticas. Si se impone De Loredo, quedará en tensión el control real del partido, hoy en manos de Marcos Carasso, un dirigente de Negri. Con De Loredo está el intendente de la ciudad más importante que gobierna el radicalismo, Marcos Ferrer (Río Tercero). Pero el Foro de Intendentes de la UCR se mantiene encolumnado detrás de la candidatura de Negri, quien lleva en la lista a Ramón Mestre. Él y Baldassi disputarán una pelea paralela: quien gane quedará como quinto candidato a diputado nacional en noviembre, la banca más difícil que tendrá esa elección.
Hay otras dos listas encabezadas por radicales: Sumar, los exsocios de Rodrigo de Loredo que lo desconocieron tras su acuerdo con Juez, que lleva como precandidato a senador a Javier Bee Sellares, y en el tramo diputados a Laura Sesma; y Por la Democracia Social, que lidera el alfonsinista Dante Rossi, en sociedad con la dirigente progresista Griselda Baldata. En 2017, Rossi enfrentó al aparato de la UCR y el PRO unidos, logró 134 mil votos y se ganó un lugar expectable en la lista de legisladores provinciales de la UCR en 2019.
En este caos, es difícil la comparación con los resultados anteriores, porque no se trata de matemática, sino de política. Sin embargo, cabe recordarlos.
En la Paso de 2019, Juntos por el Cambio sumó 847.601 votos, el 43 por ciento. La lista “oficial”, que llevaba como tractor a Macri en el tramo presidencial, logró 811.918 votos, el 95 por ciento. En aquella boleta el primer precandidato a diputado era Negri y el quinto, Juez.
En la Paso 2017, sin elección presidencial, Cambiemos cosechó 875.908, el 45 por ciento. La lista vencedora de la interna, encabezada por Baldassi, 741,935, el 85 por ciento. Los porcentajes del vencedor esta vez serán muy distintos.
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